Mª José Cachafeiro es farmacéutica, mutualista y una enamorada de la farmacia y de la tecnología. También es vocal de la Asociación de Investigadores en eSalud. Apuesta con fuerza por la divulgación y por una #SaludSinBulos. En esta entrevista habla de los cambios normativos en materia de dispensación, del autocuidado y de cómo la vocación por ayudar a las personas la llevó a estudiar farmacia.
¿Ha habido cambios normativos en cuanto a la dispensación de medicamentos?
Sí, ha habido cambios en dispensación, por ejemplo, en el paracetamol de 1 gramo. Ahora en las farmacias estamos obligados a pedir la receta médica. A veces, la gente se enfada porque los envases que podemos dispensar sin prescripción son más pequeños, no están sujetos al control de precios y suelen ser más caros.
En el ibuprofeno no ha habido cambios. Siempre se ha necesitado receta médica. Lo que sucedía es que era un medicamento tan habitual que la gente se había acostumbrado a tomarlo cuando tenía algún dolor y así evitaba acudir al médico.
Es importante tener en cuenta los efectos secundarios del ibuprofeno. Nos hemos dado cuenta de que no se toma correctamente y en grandes cantidades. Por eso, ahora hay un mayor control. Además, varios estudios apuntan a que, no hay diferencias en cuanto al efecto terapéutico del paracetamol de 1 gramo en comparación con el paracetamol de 400 o 600 gramos, pero a más dosis, más efectos adversos.
¿Qué opinión le merece la automedicación?
Tenemos que autocuidarnos de manera responsable. El servicio médico está informando de la cantidad de urgencias no urgentes que se producen. Si eres una persona joven y sana y te duele la cabeza, puedes tomar paracetamol y no hace falta que vayas al médico. Si el dolor se prolonga durante 5 días a pesar del paracetamol, acude a tu médico.
Deberíamos insistir más a las personas a que acudan a las farmacias para determinados cribados. Somos profesionales sanitarios muy formados. Somos un primer filtro, pero estamos desaprovechados.
¿Está cambiando el rol del farmacéutico?
Sería positivo que estuviéramos más integrados con el resto de profesionales sanitarios, para poder participar y ayudar activamente al paciente a mejorar su salud. Le dispensas el medicamento -que es el germen de la farmacia- pero además puedes controlar su tensión, echarle una mano a dejar de fumar, darle consejos nutricionales en determinadas patologías…
En definitiva, enfocarnos a prestar servicios más enfocados al paciente y no tanto al medicamento. Centrarnos en la prevención intentando que el paciente evite desarrollar determinadas patologías o complicaciones de enfermedades en las que ya ha debutado.
¿Son homogéneos los servicios prestados en las farmacias?
No. Como los farmacéuticos no estamos integrados en el sistema de salud, cada farmacia es un mundo diferente. Tienes que cumplir la legislación y el código deontológico, pero nadie te propone unos estándares para prestar determinados servicios… Algunas farmacias están muy protocolizadas y todos los profesionales te atienden de la misma manera y en otras, cada farmacéutico da las recomendaciones que le parecen más oportunas.
Si todos estuviéramos más coordinados, podríamos atender mejor a las personas. El farmacéutico en España puede ver una parte del historial farmacológico del paciente, a través de la receta electrónica, pero es información reducida. Hay un sector de la farmacia que está pidiendo acceso a la historia clínica del paciente, siempre que éste dé el consentimiento.
Si estás hablando con el paciente de algún tema referente a su salud y quiere que le aconsejes, lo lógico es que puedas consultar su historia clínica, ver qué patologías tiene o qué medicamentos le han prescrito. Eso puede ayudarte a dar un mejor servicio o incluso a detectar interacciones. Con 22.000 farmacias en España, somos el profesional sanitario más cercano al paciente.
¿Cómo pueden los farmacéuticos, mejorar la adherencia a los tratamientos?
Los farmacéuticos tenemos que informar a los pacientes qué significa la patología que tienen, cómo pueden controlarla y cuáles son los beneficios de gestionarla. Si no saben qué efectos van a tener si no toman la medicación, va a ser más difícil que sean adherentes.
A veces, los pacientes tampoco son conscientes de cómo les puede afectar su enfermedad. Esto sucede con las patologías que no duelen: hipertensión, diabetes… En ocasiones no se le da la importancia que merece al control de las subidas de azúcar, a tener la tensión muy alta o mareos… Como no duelen, no ven directamente los efectos que pueden tener. También piensan que, si no son adherentes, no ocurre nada.
Aquí también podemos prestar mucho valor especialmente ahora, que tenemos la receta electrónica. Este tipo de pacientes no suelen ir al médico más de una o dos veces al año y, quizá necesitan más seguimiento.
Es la primera en su familia en ser farmacéutica. ¿Vocación sanitaria?
Sí. Soy la primera en mi familia en ser farmacéutica. Nací con un defecto congénito, lo que me llevó a visitar muchos profesionales sanitarios en mi infancia. Recuerdo a los farmacéuticos con cariño. Me parecían muy cercanos y te ayudaban. No me he equivocado. No me arrepiento de lo que decidí ser.
Escribe un comentario
Tu comentario será revisado por nuestros editores antes de ser publicado. Tu email nunca será publicado.