Rafael Linaza es médico de Atención Primaria en el Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo, en Madrid. Sus 40 años de experiencia en la asistencia, le han servido para cultivar la confianza con sus pacientes, dedicándoles tiempo, escuchándolos y poniéndose en su lugar. También apuesta por la prevención, por motivarlos a llevar hábitos de vida saludable, hacer ejercicio de forma regular y mantener una higiene correcta, especialmente en esta época del año, que se inicia la temporada de la gripe. En esta entrevista explica como se diferencia de un resfriado, qué formas de diagnosticarla existen y subraya las ventajas de la vacuna de la gripe.
¿Qué es la gripe?
La gripe es un proceso infeccioso producido por el virus de influenza. Provoca un quebrantamiento general, fiebre aguda, dolores musculares y articulares. A veces también presenta dolor de garganta o incluso diarrea porque el virus afecta a la persona en función de su sistema inmunitario.
¿Cómo se diferencia la gripe de un resfriado?
Un resfriado se caracteriza por un moqueo leve, febrícula más que por fiebre alta, estornudos, cierta congestión, rinitis... No es tan agudo como el proceso gripal ni existe un quebrantamiento general de la salud.
Con la gripe, el paciente está mucho más afectado. Con la vacuna se pretende que los síntomas sean más suaves y menos agudos
¿Cómo se diagnostica la gripe?
Cuando el paciente acude a la consulta, lo que te ayuda a diagnosticar la gripe son sus síntomas, es decir, la clínica. Puedes confirmarlo con la prueba de proteína C reactiva (PCR), que se mide en un análisis de sangre.
¿Se puede prevenir la gripe?
Una de las formas de prevenir la gripe es mediante la vacuna, aunque no es la única. También es importante tener hábitos de vida saludable, una buena alimentación, hacer ejercicio de forma regular, una higiene correcta, lavarse adecuadamente las manos porque, a través de ellas, también contaminamos después de estornudar o toser.
Ahora que estamos en época de gripe es necesaria la prevención, especialmente para los ancianos. Son un grupo de riesgo porque tienen un sistema inmunitario que responde peor. También los pacientes que han tenido recientemente una neumonía, los enfermos crónicos, diabéticos, bronquíticos son especialmente vulnerables.
¿Cuáles son las técnicas de tratamiento más eficaces para la gripe?
El tratamiento, siempre que hay un proceso de fiebre, conlleva un cierto reposo. Con fiebre, no está indicado un ritmo de vida elevado. El reposo fomenta que las defensas trabajen para contener la infección. Sin él, puede llegar a prolongarse más la gripe. Por eso, se recomienda reposo junto con antitérmicos.
De todas formas, no olvidemos que la fiebre es un mecanismo de defensa del organismo. Podemos bajar la fiebre a menos de 38ºC para que no de problemas y dejar al organismo actuar.
¿La Medicina ha sido algo vocacional para usted?
Desde pequeño ya me gustaba la Medicina. Supongo que por la proyección de mi padre que, en la Guerra Civil, formó parte de un equipo quirúrgico. Elegí Atención Primaria porque estoy convencido de que es una de las especialidades donde más puedes ayudar al paciente. Puedes solucionarle muchos problemas. También te exige estar al día de todo.
¿Qué momentos son más difíciles en la profesión médica?
Los momentos más difíciles son aquellos en los que te das cuenta de que no tienes capacidad para ayudar al paciente. Te crea angustia e impotencia.
¿Es fácil gestionar las emociones en esos momentos?
Es necesario aprender a gestionarlas. A veces, escuchas a los pacientes decir que los médicos somos fríos. No es verdad, pero los facultativos, especialmente en la urgencia, tenemos que estar relativamente tranquilos para poder dirigir al equipo que depende de nosotros. Aparentemente estamos serenos, pero por dentro, tenemos muchas emociones enfocadas a tirar hacia adelante con los pacientes.
Sin embargo, en la consulta de Atención Primaria la situación es muy contraria. Tienes que sentirte cercano al paciente e implicarte emocionalmente con él para que vea que tú, o has pasado por lo mismo o tienes los mismos sentimientos. El paciente tiene que notar que es una relación de igual a igual.
¿Es fácil hacer prevención desde Atención Primaria?
Antes hacíamos una Medicina más sintomática. Tratábamos más las enfermedades. Hoy en día, intentamos prevenir las patologías. Yo tengo que intentar que el colesterol de mi paciente no esté disparado para evitar un tromboembolismo. En la prevención se necesita educación sanitaria para lograr una buena alimentación, hacer ejercicio de forma regular y vacunarnos si es necesario.
¿Cuáles son los momentos más gratificantes?
Lo más gratificante es la comunicación médico-paciente. A mí me aporta mucho. A la persona que tienes en la consulta le ofreces, desde el ámbito sanitario, tu conocimiento y experiencia. Por su parte, el paciente te aporta a ti sus propias ideas, su cultura y eso enriquece la propia relación.
¿Se está perdiendo la relación médico-paciente?
Sí, creo que se está perdiendo por diferentes causas. El médico está sometido a mucha presión: demasiados pacientes, gran protagonismo de la tecnología… Tiene que estar pendiente de varias cosas a la vez. Al final, no es capaz de dedicarle a los pacientes el tiempo suficiente.
Lo que está claro es que cuando tú tienes una relación médico-paciente, el enfermo escucha mejor lo que tú le recomiendas. Además, en muchas ocasiones la confianza es clave a la hora de que el médico diagnostique a un paciente. Si está tranquilo, si se abre será más y proveerá al facultativo de información de calidad.
¿Al final la confianza es producto del tiempo?
En parte sí, aunque también influye la experiencia y el trato. Si al paciente le dedicas tiempo, le puedes mirar a la cara para observar cómo se expresa, ver su imagen, si está agobiado o no… Percibes una serie de cosas que te ayudan a tratar y a apoyar al paciente. Si miras más al ordenador que al paciente, todos esos datos se te pasan desapercibidos.
Forma parte de la Red Sanitaria de Salup, un proyecto que está impulsando el Grupo PSN para poner en marcha un modelo diferente de seguro de salud. ¿Por qué decidió unirse como Médico Personal?
Quiero ser Médico Personal para intentar recuperar esa relación médico-paciente que estamos perdiendo. La profesión ha derivado en muchas especialidades en la que tratamos partes del individuo, pero no la persona de forma integral.
Se necesita, además de esas superespecialidades, alguien que coordine a todos los profesionales sanitarios que atienden al paciente. Para eso se necesita un Médico Personal, con quién tienes confianza, no que te atienda un facultativo diferente cada vez que acudes a consulta, que no sabe nada de ti y al que tienes que volver a contar tu historia otra vez.
Considero muy importante hacer el esfuerzo por recuperar la figura del médico de cabecera que conocía a todos los miembros de la familia: cómo era su forma de vida, su estado social y apuros económicos. Conocían a la persona en todos sus ámbitos y eso no se consigue en una consulta de 10 minutos.
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