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Xavier Julve: “Un 75-80% de las mujeres menopáusicas no tienen ningún síntoma”

Xavier Julve es especialista en Ginecología y Obstetricia en el Centro Médico Teknon, en Barcelona. También forma parte de la Red Sanitaria de Salup. Cada día, en su consulta, demuestra que es médico por vocación involucrándose con cada una de sus pacientes. En esta entrevista explica la sintomatología de la menopausia, los cambios metabólicos que conlleva y las ventajas de los tratamientos hormonales.

¿Qué es la menopausia?

Se denomina menopausia a la etapa en la que la mujer deja de fabricar hormonas. Por lo general, las mujeres entre los 12 y los 50 años segregan estrógenos y progesterona de forma cíclica. Eso produce fertilidad y confort. Aproximadamente a partir de los 50 años dejan de producir estrógenos, que están implicados en muchos cambios metabólicos:

  • Función de la glándula tiroides
  • Función de la síntesis de hueso, por lo que puede producirse osteoporosis
  • Función vascular, reflejado en la tendencia a las sofocaciones, insomnio e irritabilidad
  • Función sexual, pudiendo darse sequedad vaginal o atrofia en los genitales

Esta sintomatología no es homogénea para todas las pacientes. De hecho, un 75-80% de las mujeres menopáusicas no tienen ningún síntoma. Aquellas que sí los presentan reportan sequedad y atrofia genital, siento éstos los síntomas más frecuentes seguidos de la osteopenia-osteoporosis. Otras muchas se quejan por problemas en sus relaciones sexuales, que son fácilmente solucionables con tratamientos locales que no tienen ningún peligro.

¿A qué edad comienza la menopausia?

La menopausia normal empezaría a los 50 años en un ambiente mediterráneo.

¿Cuándo se considera menopausia precoz? ¿A qué se debe?

Por debajo de los 45 años, se considera una menopausia precoz. En mi consulta, la mujer más joven que he visto con menopausia precoz tenía 27 años. Aceptó que era un problema ovárico, es decir, un mal funcionamiento de una glándula endocrina, como aquellos pacientes cuyo páncreas tiene una actividad anormal, que son diabéticos.

Existen muchos motivos que pueden llevar a una persona a tener una menopausia precoz: causas genéticas, hereditarias y medioambientales. También tenemos que tener en cuenta que las mujeres nacen con un número determinado de ovocitos y no el mismo en cada una de ellas. Las mujeres que nazca con menos, se le acabarán antes y dejará antes de segregar estrógenos.

¿Cuánto más tarde llegue la menopausia es mejor?

En cierta forma sí, aunque existe una parte positiva y otra negativa. La parte positiva es que cuánto más tarde tengas la menopausia, menores son las consecuencias de la falta de hormonas. Por otra parte, la segregación de estrógenos aumenta el riesgo de aparición de tumores hormonodependientes: cáncer de mama, endometrio…

Entre los tratamientos disponibles, el más popular es la terapia hormonal, ¿qué opinión le merece?

Pienso que, en la terapia reemplazo con estrógenos, se ha magnificado el riesgo de cáncer de mama. Muchas mujeres se están beneficiando de tener una buena calidad de vida, evitando las sofocaciones, la osteoporosis y los riesgos de fractura.

¿Existen otros tratamientos?

Hay tratamientos específicos para el calcio. También es importante la vitamina D para prevenir la osteoporosis. Sin embargo, la sociedad española tiene unos niveles muy bajos a pesar de ser un país con muchas horas de sol. Lamentablemente, estamos muchas horas del día dentro de un edificio por lo que tenemos un contacto mínimo del sol con la piel.  

¿Son necesarios los métodos anticonceptivos en la menopausia?

Cuando llega una mujer a la consulta, con 46 o 47 años, y me explican que les falta algunas reglas, se les pide una analítica hormonal que les mida su nivel de estrógenos, progesterona y su reserva ovárica. Con los resultados de esta prueba, sabemos si existen probabilidades de embarazo o no. Con una baja reserva ovárica, la posibilidad de embarazo es muy baja, por debajo del 10%, y va disminuyendo.

¿La Medicina ha sido algo vocacional para usted?

Sí. Soy un médico vocacional. Hice la carrera de Medicina porque quería ser ginecólogo. Era la ilusión de mi vida.

¿Por qué ha elegido Ginecología?

Porque siempre me ha gustado el origen de la vida. Conocer cómo se produce la vida humana es un objetivo apasionante. También lo es saber por qué, en ocasiones, nacen niños con problemas o algunas mujeres no se quedan embarazadas.

¿Están aumentando los problemas de fertilidad?

Sí, especialmente por la edad a la que la mujer decide tener hijos, pero también influyen otras circunstancias como la fertilidad masculina, la contaminación, algunos hábitos alimenticios…

La edad fértil oscila entre los 25 y los 35 años y a las mujeres se les solapa con su desarrollo profesional, sus estudios y una serie de circunstancias que hace que tengan mucha presión social.

Por un lado, se entiende que una mujer quiera tener una profesión, así como una vida personal y profesional y, por otro lado, el reloj biológico de la fertilidad avanza sin parar. Muchas veces ya no es solo un problema económico. En ocasiones, la mujer quiere tener una independencia social, económica que la maternidad condiciona mucho.

¿Cuáles son esos los momentos más difíciles de la profesión Médica?

Lo más difícil son las muertes de niños. Los embarazos que terminan con la defunción del bebé tras el parto. No estamos preparados para eso. Para mí, han sido los peores momentos. Parece que el parto es una circunstancia en la que está todo controlado, pero no siempre es así.

¿Son fáciles de gestionar las emociones en esos momentos?

En determinadas ocasiones no es sencillo gestionar las emociones y la información a la que estamos expuestos. No es fácil ni para nosotros ni para los pacientes. Por eso, cada vez es más necesaria la figura del médico de cabecera. Es crucial darle confianza al paciente. Ahora, la Medicina se ha vuelto muy frívola y mecanizada.

Además, muchas de las pruebas diagnósticas se llevan a cabo mediante una serie de aparatos y el médico termina siendo un mero emisor de información de resultados.

Pienso que el médico debería estar más involucrado en la relación médico-paciente. Yo, por ejemplo, a mis pacientes les ofrezco todas las formas posibles de encontrarme: mi teléfono móvil, de la consulta, mi correo electrónico. La gente me llama cuando realmente me necesita y solucionamos los posibles problemas.

También veo imprescindible dedicarle al paciente el tiempo necesario. En mi agenda las consultas son de media hora excepto las primeras visitas que son de una hora. Yo no quiero tener 3 o 4 visitas a la hora. El resultado es que mis pacientes confían en mí y eso se nota.  

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